lunes, 4 de enero de 2016

La obsesión por el Strava



Hay que decir que la app Strava puede tener muchas ventajas para el ciclista, aunque en Lowcostbike la usamos solo para tener el registro de los entrenamientos y para ver los watios medios en algunos tramos que coinciden con algunas series, es decir para obtener algo de información extra, almacenarla en una interfaz fácil de ver y poder recuperarla tras un tiempo.

Pero últimamente vemos que la gente sale a batir tramos de Strava. Ya saben las curvas en las que empiezan y acaban, el tiempo que tienen que hacer, la velocidad media que tienen que llevar, aunque con los nuevos Garmin ya no hace falta: Strava viene integrado y te va diciendo tu posición y la de los demás que tienes por delante a la vez que vas haciendo el tramo, para que lo des TODO.

Lo que opinamos es que para llevar un entrenamiento serio y planificado, esta herramienta no vale, ya que te dejas llevar por los tramos y dejas de lado la planificación que te hayan preparado.

Para salir a machacarte sin ninguna planificación y frustrarte si no consigues tu objetivo, es perfecta.

Además hay gente que sale a batir KOMs de tramos cortos estando fresco y descansado cuando el que tenía el KOM había pasado por ahí con 120 kilómetros en las piernas en una ruta de 140-50 y dándole al pedal con fuerza desde el comienzo de la ruta.

La pregunta es: ¿Qué es lo que nos hace sentir tan bien al obtener un KOM pero luego no ser capaces de hacer un podium en una carrera? El reconocimiento social, el hecho de poder liderar una clasificación ficticia que está influenciada por mil factores (viento, gente que se agarra a vehículos, segmentos tras moto o coche, segmentos directamente en moto,…)


En otro orden de cosas, podríamos hablar de los riesgos en los que cae el ciclista por tal de batir un KOM en un tramo de bajada. A veces no medimos el riesgo en el que nos ponemos y ponemos a los demás. Os contaré la historia del norteamericano Kim Flint que  intentaba recuperar el KOM de un segmento  de MTB que conocía muy bien, y que había perdido hacía unos días a manos de otro ciclista de la zona. Kim conocía el segmento a la perfección y decidió salir a batirlo. Circulaba a más de 65 kms/h cuando un vehículo ocupó el sendero por el que descendía. Frenó para evitar golpear al automóvil pero el impacto fue inevitable. Murió horas después en el hospital.

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